Educación y Adiestramiento

¿Qué es un perro educado?

Tenemos cierta tendencia a utilizar incorrectamente esta palabra, qué es un niño bien educado: el que te saluda, no te escupe ni te muerde, no monta escándalos en un cine o en un restaurante y no nos obliga a dejar de ver a la familia. Pues con los perros igual, un perro puede estar perfectamente educado, o sea, saber comportarse en sociedad, ser invisible a los que no desean verlos y simpáticos y agradables sin ser agobiantes para los que quieran saludarlos sin tener que saber sentarse, tumbarse, hacerse el muerto ni nada de eso.

Los perros necesitan ser parte de una familia, para poder serlo deben poder comportarse, poder controlar sus impulsos, y este comportamiento debe ser obligatorio desde el primer día. No se le pueden reír las gracias a un cachorro de 2 kilos porque en poco tiempo pesará más de veinte, tendrá una edad complicada, las hormonas en plena revolución y va a ser mucho más complicado erradicar comportamientos indeseados.

Si no queremos que ladre, por ejemplo, le debe quedar claro desde que hace el primer intento con tres o cuatro meses, no un “ay qué lindo” y cuando tenga un vozarrón profundo de perro adulto intentar quitarle la manía.

Son comportamientos instintivos, son muy difíciles de quitar, hay que intentar no potenciarlos con nuestras acciones, aunque sea de forma inconsciente.

Si un cachorro llora y lo cogemos en brazos estamos potenciando este comportamiento, debemos esperar que se calme, que se calle, aunque sea un segundo y que sea aquí cuando reciba nuestra atención, que vaya calando la idea de que si forma escándalo no va a conseguir lo que quiere, que va a ser ignorado hasta que se tranquilice.

Del mismo modo, si no queremos que nuestro perro se nos avalance, monte el escándalo del siglo cuando llegamos a casa y nos obligue a tirar todo lo que llevemos en las manos para atenderlo en seguida tenemos que ser lo suficientemente constantes como para no potenciar ese comportamiento no premiándolo con nuestra atención ni dejando que ninguna visita lo haga hasta que se haya calmado, tarde lo que tarde.

Dicho todo esto, sólo queda decir que es mucho más fácil enseñar a un perro a sentarse que tener un perro lo suficientemente educado para que ningún vecino proteste de él.

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