Collares para perros

El collar es el modo más sencillo y tradicional para sujetar al perro, el más tradicional es de cuero regulable con hebilla. Los collares para perros deben ser llevado sin apretar pero ajustado al cuello del perro de forma que cuando se revolucione no pueda sacar la cabeza. La posición natural del collar en el perro debe ser cerca de la mandíbula porque si lo ajustamos más abajo lo dejaremos más ancho.

Una forma muy eficaz de evitar que el perro se escape aprovechando que el collar le queda un poco ancho es enganchando al mismo gancho un collar de ahogo de su talla que sólo va a actuar si se suelta el collar normal.

¿Cómo se debe acostumbrar a un cachorro a llevar collar? Para un cachorro es una novedad, lo convierte en un juguete, puede intentar quitárselo o morderlo si se lo dejamos lo suficientemente ancho pero en realidad no le molesta, es parte de su curiosidad normal.

Se le debe poner en casa para que se acostumbre a llevarlo en un ambiente conocido y familiar en el que no hay elementos que lo pongan especialmente nervioso.

Una vez que se acostumbra al collar es el momento de ponerle correa, la correa se la podemos poner corta, y dejarla colgando para que se acostumbre a verla, se le haga familiar y no se asuste del sonido del gancho metálico tan cerca de sus orejas, poco a poco vamos sujetando la correa para que vea que no pasa nada, y como todo lo demás, lo convertirá en su nuevo juguete, cogiendo y mordiendo la correa en cuanto pueda.

Nunca se debe usar la correa para pegar ni para castigar al perro, la correa y el collar para el perro deben estar asociados, sobre todo al principio, al paseo, a la calle, a estar con su amo viendo a los vecinos, es divertida, le gusta y quiere que se la pongamos.

Más adelante será una gran herramienta educativa, pero nunca puede ser un elemento de castigo.

Los collares para perros pueden incluir todo tipo de materiales, colores y diseños, pero si son lavables y son cómodos, lo demás es a nuestro gusto.

COLLAR ELÉCTRICO

El collar eléctrico o collar de impulsos es una herramienta de adiestramiento que se basa más en el castigo que en el premio. Consiste en un mando que tiene el adiestrador y un collar con el receptor, una batería y dos puntas metálicas que se coloca en el cuello del perro en contacto con su piel.

La intensidad del impulso es variable y puede ir desde un simple cosquilleo hasta una molestia importante, debería ser obligatorio que el usuario de este collar llevara uno puesto él mismo para que controlara la intensidad utilizada, porque una utilización abusiva de esta herramienta puede llegar a provocar quemaduras y lesiones en la piel.

Es una herramienta tan útil como cualquier otra, que bien utilizada no tiene porque significar un trauma para el perro y con el que se puede llegar a conseguir el trabajo de obediencia completo, pero al ser delicado de usar y los collares caros de conseguir, es preferible no dejar herramientas peligrosas en manos de cualquiera.

La ventaja del collar de impulsos es su uso inmediato y su respuesta a distancia y su principal inconveniente son las manos que lo vayan a utilizar porque es muy fácil darle a un botón y la frustración por no conseguir los objetivos inmediatamente puede hacer que acabemos lastimando al animal.

COLLAR ANTIPARASITARIO

El collar antiparasitario es el método tradicional para que las pulgas sepan que el perro tiene amo.
Se trata de un collar de material plástico impregnado de insecticida que se reparte sobre el cuerpo del perro aprovechando su movimiento.

Hay muchas marcas de collares para perros antiparasitarios, se debe comprar en tiendas para perros especializadas, tanto veterinarios como tiendas de accesorios para perros, ya que los collares antiparasitarios son tóxicos y una manipulación o uso inadecuados pueden ser peligrosos tanto para el perro como para nosotros.

El collar antiparasitario se debe poner ajustado al cuello para que no pueda engancharse y romperlo o quedarse trabado en algún obstáculo.

El collar antiparasitario tiene un tiempo de vida fijo que debe venir indicado en la caja pero que suele estar en torno a un mes y no debe mojarse para que no pierda eficacia.

En caso de que el collar se rompa y el perro ingiera parte, hay que provocarle el vómito y correr al centro veterinarioporque puede ser mortal, por este motivo, el collar antiparasitario pierde adeptos frente a otros productos que se aplican directamente sobre la piel del perro y no corre peligro de ser ingerido.

Los cachorros tienen un encanto especial para las pulgas, están más tiernos, más calentitos y están muy bien alimentados, es por esto que es a ellos a los que antes se les pone el collar antiparasitario y por lo que son los que más problemas tienen con ellos, se enganchan en todo, intentan morderlo, se lo quitan, si hay más de uno, como el olor parece que los atrae, se entretienen en quitárselo unos a otros, así que los cachorros, mejor con otros productos.

Es importante también que aunque el perro sea pequeño de tamaño o de edad y no tire, el collar antiparasitario no es de dónde se debe enganchar la correa ni de donde se debe tirar, es sólo un insecticida.

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