Resulta que tu dulce cachorrito, que ya no es tan cachorrito o incluso es un abuelete, de pronto tiene un mal día y te da un mordisco. Anda, que mal rollo, pero ahora habrá que analizar que ha pasado.
Igual tu perro estaba dormido, o mirando las musarañas y lo has asustado, le has pillado por sorpresa y no le ha hecho ninguna gracia, y su expresión para todo eso es… exacto, mordisco.
- O le duele algo y lo has tocado sin querer o para curarlo, y eso no se lo puedes explicar para que no se lo tome mal y, claro, no le ha gustado.
- O le has estado curando algo que le dolía y, aunque ya no le duele, se acuerda de que cada vez que lo tocas le haces daño (aunque sea por su bien).
- O lo has lavado, le estás secando el pelo por ejemplo y sin darte cuenta lo quemas (un poco).
- O le dan como ataques, está tan tranquilo y de pronto y sin venir a cuento, te da un mordisco (pero fuerte, además) y luego te mira con cara de tonto como sin saber que ha pasado.
- O se cree el dueño de la casa, el dueño del sofá y además, la pareja de hecho de tu novia, y entonces hay que explicarle quién paga el pienso y la hipoteca.
Cada uno de estos casos requiere un tratamiento distinto, si sólo lo has asustado, y si ha perdido oído por la edad eso es bastante sencillo, bastará con no acercarte silenciosamente o no agarrarlo por sorpresa.
El tema del dolor es cuestión de tiempo, paciencia y volver a acostumbrarlo a que no siempre que lo toques le va a doler.
Si ha sido por descuido o por accidente, tampoco él va a tomar por costumbre masticarte la mano.
Y si el problema es de ataques nerviosos o de agresividad por jerarquía, posiblemente necesites ayuda profesional, en cualquier caso no te tomes la justicia por tu mano y no le pegues ni le grites porque aunque parezca mentira eso hace que, por miedo, consigas algún mordisco extra o que pierdas su confianza y deje de obedecer con alegría.
Y, por favor, no intentes poner a tu perro boca arriba aunque lo diga César, porque puedes perder ambas manos y algún apéndice extra; eso no suele ser necesario y en cualquier caso mejor dejar que las cosas delicadas las haga alguien con experiencia.