Para conseguir tener un perro equilibrado y sano es conveniente que tenga ocasión de hacer ejercicio de forma regular y suficiente.
La mejor forma de ejercitarlo es acostumbrarlo a correr junto a la bicicleta, para esto existen diferentes tipos de anclaje si no somos capaces de mantener agarrada la correa y guiar la bicicleta a la vez.
Lo ideal para que el perro desfogue es que tenga un sitio donde correr, para esto tenemos que estar seguros de que acudirá cuando lo llamemos y que va a dejar lo que esté haciendo, sea lo que sea.
El ejercicio en los perros hay que regularlo teniendo en cuenta el tamaño, la raza y la edad del animal, su nivel de preparación física y la temperatura ambiental. El perro no debe llegar agotado, ni arriesgarnos a que se deshidrate o que sufra un colapso por golpe de calor.
No es lo mismo hacer correr a un cocker que a un basset, un perro con las patas cortas sufre mucho de la espalda. Ni pedir a un bulldog inglés el mismo rendimiento que a un Beagle. Los perroschatos tienen dificultades respiratorias y más problemas con el calor que los demás.
Tenemos que tener en cuenta que la velocidad de marcha de un perro es de 10 km/h y alcanza los 20 a medio trote, para él es importante poder desarrollar su velocidad normal aunque sea de vez en cuando.
Hay perros de naturaleza más atlética, con el pecho ancho y las patas largas, si pensamos correr con ellos tenemos que tenerlo en cuenta. Tampoco podemos abusar de los que pueden tener problemas de displasia, debemos descartarla antes de hacerlos correr.
Por último, la raza condiciona pero, por ejemplo, el galgo (sobre todo si tiene ocasión de cansarse aunque sea de vez en cuando) es el mejor amigo de nuestro sofá.