Agresividad canina. Causas y solución

Hay que descartar ese tópico de que determinados animales son agresivos, ya que existen razas más o menos predispuestas y fuertes, pero siempre existe un aspecto físico y psicológico que puede provocar una reacción agresiva en nuestro perro.

Causas de un perro agresivo

El aislamiento

Los estudiosos del comportamiento animal han descubierto que los cachorros aprenden a relacionarse con las personas y con otros perros más fácilmente durante las primeras 14 semanas de vida.

“Los perros que ven muchas personas, lugares y situaciones durante su aprendizaje» crecen más seguros de ellos mismos, mientras que los que no pueden disfrutar de estas experiencias suelen ser más inseguros, y un perro inseguro tiende a recurrir a las amenazas para resolver sus problemas.

Cambios hormonales

Las hembras a las que no se les han extirpado los ovarios pueden sufrir alteraciones hormonales durante la época de celo o poco después. La fluctuación de los niveles hormonales puede hacer que estén poco sociables y bruscas durante unos días.

Miedo

A veces, los perros muerden en momentos de pánico (cuando alguien aparece de repente por detrás, o cuando se sienten acorralados y sin escapatoria).

Esto suele ser más común en perros que han sufrido en el pasado (malos tratos de otros dueños o experiencias con otros perros).

Los perros tienen buena memoria y pueden mostrarse agresivos si se encuentran en una situación de miedo similar.

Dolor

Los perros que padecen artritis, displasia en la cadera o cualquier tipo de herida o enfermedad pueden mostrarse muy malhumorados y actuar de forma agresiva cuando se acercan las personas.

Su impulso natural es apartarse y estar solos hasta que se encuentran mejor, y pueden llegar a proteger su privacidad gruñendo o mordiendo.

Aburrimiento

Igual que los niños se enfadan cuando no tienen nada que hacer, los perros pueden estar raros cuando están aburridos o subestimulados.

Sin ejercicio regular ni estímulos mentales, acumulan una energía que pueden canalizar en agresividad.

El mejor cuidado y la solución

Amplíe sus horizontes. Aunque los perros aprenden casi todo de jóvenes, los perros mayores también pueden aprender a ser menos temerosos.

  • Lleve su perro con usted siempre que pueda.
  • Cuando esté en el exterior y observe diversos entornos, podrá acostumbrarse a nuevos ruidos y objetos que no sean familiares, y ello hará que se sienta más seguro.
  • Lleve alguna golosina y haga que un extraño le dé una.
  • Conocer a otras personas y a otros perros le permitirá darse cuenta de que no son una amenaza y potenciará su confianza, le ayudará a relajarse y a eliminar tendencias agresivas.

Reduzca su temor

Cuando los perros demuestran agresividad porque están asustados, se puede hacer que pierdan el miedo a algo en concreto exponiéndoles gradualmente a ello.

Por ejemplo, si su perro no se crió entre niños y les tiene miedo, llévele a pasear por parques o cerca de patios de recreo.

Tardará algún tiempo en darse cuenta de que no suponen ninguna amenaza, pero poco a poco se sentirá más seguro entre ellos.

Si le dice que se siente y se esté quieto cuando hay niños jugando cerca, también potenciará su confianza ya que sabrá que se está portando bien.

Juegue con su perro

Incluso los perros tranquilos pueden acumular gran cantidad de energía durante el día. Una buena forma de prevenir la agresividad es dándole la oportunidad de liberar esa energía y desahogarse.

Lo mejor son los juegos pacíficos, como atrapar una pelota o un disco volador. Saltar por una barra a poca altura o pasar por un túnel de juegos también le ayudará a canalizar su energía del modo adecuado.

Sea cual sea el juego o juguete que elija, contrólelo siempre para que su perro nunca olvide quién manda.

Demuestre su autoridad

Los perros que son agresivos una vez y se sienten cómodos, probablemente sigan siéndolo en el futuro. Y no porque sean malos, sino porque creen que tienen derecho a asustar a las personas.

Hágale entender que tiene que obedecerle siempre.

Demuestre su autoridad siempre que pueda. Así se acordará de que es usted quien manda. No es necesario que estos pequeños recordatorios formen parte de un programa de entrenamiento.

La idea consiste en introducir docenas de recordatorios que indiquen que todo lo mejor del mundo llega de las personas y sólo cuando éstas están contentas.

He aquí algunas sugerencias:

  1. A la hora de comer, haga que se siente o se tumbe hasta que le lleve la comida. Ponga el bol en el suelo e indíquele que puede comer.
  2. Saque la correa, pero no se la ponga hasta que se siente o se quede quieto y tranquilo.
  3. Abra la puerta para salir, pero no le deje hacerlo hasta que se siente, espere de manera educada o cumpla alguna otra orden.

Los perros que reciben un entrenamiento regular de obediencia respetan la autoridad de sus dueños y tienen menor tendencia a actuar con agresividad.

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