Es a raíz del Symposium cordobés cuando toma cuerpo la actual denominación de la raza, ya que la nomenclatura de podenco ibérico, introducía factores de confusión con agrupaciones raciales portuguesas e insulares.
Pero no sólo quedó reflejada la abrumadora existencia de una raza ignorada, sino que el camino hacia su oficialización y reconocimiento por las instituciones del país como raza consolidada avanzaba de forma inexorable.
Con posterioridad, se realizaron tres concentraciones a lo largo de la geografía andaluza que aportaron datos para la confección del patrón racial.
Estas concentraciones se realizaron en Carmona 1986 y 1990 y en Los Barrios. En estos encuentros se obtuvieron los datos biométricos de gran cantidad de ejemplares de las distintas variedades. Con la documentación recogida se realizó un gran trabajo biométrico y estadístico en la Unidad de Ernología de la facultad Veterinaria de Córdoba.
A los datos biométricos se aplicó un método de análisis discriminante canónico que, partiendo e funciones lineales o cuadráticas, arrojase datos fidedignos sobre la existencia de las tres tallas hoy reconocidas. Con todos estos datos se realizó el patrón racial de la raza aprobado por la Real Sociedad Central para el Fomento de las Razas Caninas en España en febrero de 1992.
En este patrón racial se reconoce la existencia de tres tipos de Podenco Andaluz y tres estructuras de pelo diferenciadas.
El pelo y la talla establecen en el Podenco Andaluz tres tipo homogéneos y diferenciados. Por un lado, el Podenco Andaluz de Talla Grande con una alzada comprendida entre los 55 y 66 cms para los machos. Podenco Andaluz mediano con una talla que oscila entre los 43 y 53 cms y Podenco Andaluz pequeño con una talla máxima de 40 cms a la cruz (ambos referidos a los machos).
Los tres tipos de pelo recogidos y contrastados en el Patrón racial son por un lado el pelo largo o Sedeño, el pelo Duro o Cerdeño, también conocido como Pelicerdeño y Pelibasto; y el pelo corto o raso también referido en las crónicas antiguas como peliraso o pelraso.
La problemática del reconocimiento del Podenco Andaluz fue distinta al de otras poblaciones autóctonas. Así, mientras otras razas estaban al borde de la extinción como el Ca de Bestiar, el Pachón y otras y su recuperación se realizó partiendo de contados ejemplares, el Podenco Andaluz tenía y tiene unos efectivos que se cuentan por millares.
¿Por qué el Podenco Andaluz no sucumbió a los mestizajes que desde los años sesenta asolaron a la práctica totalidad de las poblaciones caninas autóctonas?
Ya hemos visto que el perro de tipo podenco es de unos orígenes muy antiguos y la rama filogenética a la que pertenecen es de unas cualidades singulares. Una de estas cualidades que atesoran los podencos es la de dominancia genética de la mayoría de sus caracteres.
Es evidente y fácilmente comprobable que tras una serie de cruzamientos de una raza cualquier con podencos, los productos van adquiriendo la morfología de este último, con lo cual la absorción genética por parte de este último queda manifiesta.
Cualquier cruce que se realizara al azar en poblaciones de campo sería materialmente borrado de los códigos genéticos de los animales por la abrumadora fuerza de los genes de los podencos.
También hemos podido constatar que el podenco siempre ha encontrado su lugar al lado del campesinado y de las economías humildes.
En estos ambientes rurales en los que casi nunca llegaba la comida para todos en la abundancia deseada, el perro rara vez veía lleno su estómago.
Cualquier perro que no fuese capaz de buscarse el sustento o el suplemento a la ración sería rápidamente eliminado por la naturaleza o por su dueño. Para el podenco nunca ha sido un problema el encontrar comida. Aún hoy podemos comprobar como tras una fuga de varias horas pueden regresar a casa con un conejo en la boca.