Azawakh

Grupo: Galgos de pelo corto
Talla: 64 a 74 cms. (machos), 60 a 70 cms. (hembras)
Peso: 20 a 25 Kgs. (machos), 15 a  20 Kgs. (hembras)
Pelaje: Raso y fino, prácticamente ausente en el vientre
Colores: leonado (del arena claro al leonado oscuro), con marcas blancas limitadas en las extremidades (miembros, cola y hocico).
A simple vista impresiona por su forma esbelta, la elegancia de sus líneas y sus movimientos aéreos. Cuando se le conoce mejor la fidelidad de su comportamiento tiende a la admiración y al respeto.

SU ASPECTO
Lo que más sorprende es su movimiento. De manera muy excepcional, elástico y ligero, el Azawakh puede ser denominado como el galgo volador. Da la impresión de elevarse del suelo con un galope particularmente aireado. Debemos resaltar la finura de su morfología. Sus miembros parecen más delgados por su longitud. La musculatura es seca, plana, ni redonda ni voluminosa. La caja torácica y la cabeza están poco desarrolladas. El esqueleto se hace aparente bajo una piel muy fina, un pelo muy raso y sin subpelo. En el vientre el pelo es tan poco denso que incluso podemos ver la piel. Ciertos campeones de esta raza podría servir de modelo para una clase de anatomía canina.
El Azawakh es bastante grande. El macho mide alrededor de 70 cms. de cruz, se puede admitir hasta 77 cms. La hembra mide de 4 a 5 cms. menos. El Azawakh de hecho parece más grande de los que sus cifras indican, en particular si lo vemos de lejos. Es uno de los perros más altos sobre sus patas que existen. La longitud de su cuerpo medida desde la punta del hombro hasta la de la nalga no sobrepasa un 90 % el de la medida de la cruz.
A pesar de sus proporciones, los lados deben presentar un ligero perfil muy oval, pero no un estrechamiento en su parte inferior, lo cual supone un defecto grave. La línea inferior de la caja torácica reune en una curva continua un vientre muy retraído. La cabeza merece ser examinada a fondo. Es estrecha y muy larga. El cráneo más plano, presenta una cresta muy perceptible pero no es tan estrecha como la de un Borzoi. El perfil es también ligeramente divergente, pero no hasta el punto del galgo ruso. Las mandíbulas, aunque finas, presentan la solidez necesaria para cazar aunque solo sea un poco todavía.
Las orejas son colgantes y planas, muy inclinadas contra las mejillas. Los ojos de almendra, no son siempre muy sombríos. La trufa es negra o marrón. El pelaje puede presentar todos los matices, de los más claros a los más pigmentados. Existen siempre marcas blancas, pero que deben estar delimitadas en las extremidades del cuerpo (bajo las patas, al final de la cola, y de forma eventual en el hocico) así como en el pecho. El nuevo proyecto de estándar, que rige desde 1992, admite los jaspeados (rayas trasversales sombreadas).
Aunque de una extraña elegancia, fino y ligero, el Azawakh no es del todo frágil. Es un verdadero deportista, muy rápido y resistente. Podemos destacar que un macho pesa alrededor de 20 a 25 Kgs., siendo este el peso de un perro de raza mediana. Para valorar estas capacidades físicas podemos hacerle practicar la persecución a la vista de un señuelo, más próximo a su empleo tradicional en las carreras de velocidad en canódromos.
A pesa de la finura de su pelaje, no es especialmente friolero: puede llevar la vida de cualquier perro. Soporta bien la humedad (el frío húmedo), pero se adapta a todo sin necesidad de taparlo con una manta ¿Es necesario precisar que no necesita ningún cuidado? Como la mayor parte de los galgos posee una salud de hierro.

SU PERSONALIDAD
Sin ninguna floritura, representa el ideal de belleza para muchos de los aficionados a los galgos. Por tanto lo que más les fascina es su comportamiento. No es del todo un perro doméstico, sin ser tampoco un comensal como muchos de los perros africanos. Debemos decir que en su medio de origen es objeto de cuidados particulares, prodigados desde su nacimiento. El Azawakh, por lo tanto, no posee nada de salvaje. Aunque está acostumbrado a una vida muy normal y simple, a veces difícil, ha conocido el refinamiento de un soberano.
Se comporta a menudo como un señor. Naturalmente distante con los desconocidos, puede dar muestras de indiferencia, de desconfianza, una cierta agresividad según los individuos. Esta distancia se ejerce también a menudo entre otros perros. Es cierto que desde su tierna edad, hemos podido darnos cuenta de que posee afinidades con sus congéneres. Sus juegos se componen de contacto físico, de simulacros de lucha, pero lo que al Azawakh le gusta ante todo es la persecución, o bien perseguir, o que lo persigan.
Debemos dejarle tiempo para que se integre en su morada, es decir, con sus dueños. Desde que comprenda lo que pueda hacer o no, establecerá sus partes, se apegará a sus familiares, no sin marcar ciertas preferencias. Es muy afectuoso (cuando decide serlo), pero no lo demuestra mucho. Es capaz de ser muy dulce. Si vive en un lugar solo puede tener tendencia a convertirse en guardián, pero generalmente es poco alertador.
Finalmente, no es un solitario: se adapta bien a la vida en grupo, sobretodo con los galgos, con los que comparte los mismos juegos.

SU EDUCACION
Normalmente es un perro de costumbres, respeta las costumbres y las preferencias. La educación se basa en las concesiones mutuas. No tiene necesidad de exagerar estas tendencias naturales aislándose. Al contrario, es indispensable asegurarle una buena socibilización con la gente y con otros perros, con los coches, con los ruidos más diversos. No corremos ningún riesgo de convertirlo en un perro como los otros, pero su existencia, así como la de sus dueños será más fácil. En el campo no debemos descuidar su instinto de cazador que lo impulsará a escaparse si no lo vigilamos.
Paradójicamente, es más fácil acostumbrarlo a un entorno de ciudad. Acepta sin problemas ir con correa. Le encanta la comodidad y es un perro de piso muy discreto y tranquilo. Debemos compensar esta vida sedentaria con carreras en libertad, por ejemplo en un lugar vallado. ¿Por qué no en compañía de otros galgos? Sus exigencias son grandes, no tiene bastante con un simple galope. Lo suyo son las persecuciones. De hecho muchos de los propietario poseen más de un Azawakh o un galgo.
Más que una forma de hacer ejercicio, la persecución con señuelo representa un elemento muy importante, a la vez que interesante en su educación. Debemos liberarlo de la correa, pero también que acepte volver a ponérsela. Los consejos prácticos para el aprendizaje de esto también son válidos para el Azawakh: paciencia y dulzura con el fin de que el regreso hacia el dueño sea un acto de placer y no se convierta en algo malo.
El Azawakh es un perro, sin duda, diferente a los otros, pero no por ello es el representante de una raza diferente, como ya hemos dicho. Actúa como un perro, lo que no impide que merezca una consideración especial basado en el respeto. No debemos, en todo caso, subestimar las molestias que se derivan.
Pero ¿Qué no haríamos por tener un animal de ensueño?

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