CARACTERÍSTICAS
- Cabeza: ancha, pero proporcionada con el cuerpo, orejas colgantes, largas y poco movibles.
- Peso: alrededor de 50-60 kgs. (machos), 40 – 50 Kgs. (hembras)
- Talla: alrededor de 80 cms. (machos) y 70 cms. (hembras)
- Cuerpo: Cuadrado, un poco oblongo en animales con la grupa demasiado alta
- Pelo: largo, sea tupido y enfurtido o espeso y cortado
- Color: blanco
- Grupo 1: Perros de pastor.
- Cola: colgante y curvada en su extremo
Carácter: Valiente y dominante, instinto de protección desarrollada, tranquilo, poco mimoso excepto con sus íntimos.
CUIDADOS
Es más apremiante de lo que parece. Su pelaje, en parte tupido como el de una oveja, se alarga y espesa a partir de la edad de 8 ó 9 meses. Es en este momento cuando se hace necesario ayudar a formar las placas enfurtidas de manera que se formen las cordaduras.
No debemos nunca cardar en profundidad y debemos evitar los baños, aunque si frecuenta la casa podemos lavarlo parcialmente.
El komondor es un gran perro, más admirado que adquirido. Un macho de buena talla mide alrededor de 80 cms de cruz. La hembras mide 70 cms. Los criterios de rechazo de confirmación son más modestos: con menos de 65 cms, 55 las hembras, un perro no puede pretender ser un komondor.
Esta estatura tan alta se acompaña de una robusta constitución, lo que le da una apariencia más propia de los grandes perros de montaña que de una raza de perro pastor.
El komondor impresiona más por el enorme pelaje del que está cubierto. Muy enmarañado, el pelo largo y rudo tiene tendencia a enrrollarse alrededor de las mechas de pelo fino, formando largas colgaduras pero es necesaria la intervención del hombre para que cubran al perro de pies a cabeza, sin que se conviertan en placas enfurtidas.
El komondor sólo comparte este tipo de pelo cordado con otro perro de pastor húngaro, el puli, de talla mucho más pequeña.
Además, éste puede ser de muchos colores, mientras que el komondor es siempre blanco. el komondor es de estructura muy cuadrada, nunca alargada debido a la amplitud de su pelaje que cubre todas las partes de su cuerpo, Las orejas, colgantes, poco móviles, son prácticamente invisibles. Los ojos, marrón oscuro, se distinguen poco. La cola, demasiado larga y colgante es poco visible, salvo si el perro se excita, en cuyo caso la pone totalmente horizontal.
Conserva todo su misterio con un temperamento tranquilo ya que se exterioriza poco, pero suscita extrañeza y admiración en aquellos que lo ven pasar.
SU PERSONALIDAD
Un perro muy apegado, pero que no se da al primero que llega. No se trata de adquirirlo por su excentricidad, sino de de tener una corazonada con un perro que sueña todavía con la nostalgia de los grandes espacios y la libertad.
Su carácter no es menos extraordinario que su aspecto. Primero de todo, debemos precisar sus rasgos originales: la protección de los rebaños contra los depredadores por un lado y el trabajo de vaquero para conducir a los bueyes por el otro.
Sin olvidar su condición de guardián de la granja, la última función más común que ha perdurado en la tradición.
El komondor trabaja con una gran independencia, sin necesidad de una dirección específica. Ha conservado esta capacidad y su instinto de territorio domina su personalidad.
Como exterioriza poco su estado de ánimo – no se le ven ni las orejas ni los ojos -, los desconocidos puede efectivamente calificarlo de imprevisible. Inspira respecto y ello es considerado como una cualidad, pero también como un defecto. es por ello que podemos imaginarlo trabajando en plena libertad entre los rebaños. Como ocurre todavía en Estados Unidos donde es uno de los perros utilizados por los criadores del medio oeste para proteger a las ovejas de los ataques de los coyotes.
Aunque a priori ha sido destinado a una vida rústica – no acusa ni el frío ni el calor -, no debemos subestimar su sociabilidad.
Mimado y codeándose regularmente con sus congéneres, se convertirá en un compañero muy afectuoso y en un excelente perro de familia, muy fiable. Su coraje instintivo no suele encontrarse fácilmente en un perro.
Podemos sorprendernos al descubrir en él un perro como los otros, si nos ocupamos de él desde la edad de dos o tres meses siempre dándole afecto y firmeza. No debemos ser demasiado indulgentes, puesto que es algo propenso a tomar el liderazgo que ha quedado vacante. Pero todos los komondor no son dominantes, evidentemente.
Debemos destacar finalmente, que se trata de un perro tranquilo que no requiere demasiado ejercicio ni grandes espacios, un simple jardín le es suficiente. En cualquier circunstancia, es uno de los guardianes más temibles de la especie canina.
EDUCACIÓN
Este perro muy dominante, posee un comportamiento independiente, por lo que debe ser sociabilizado con ciudado si es de temprana edad para que no se convierta en el rival de los otros perros y acepte la presencia de invitados.
Su dueño debe mostrarse enérgico y perseverante para inculcarle un mínimo de educación.
Es muy importante no esperar a que cumpla los seis meses o más para iniciar su educación. Por el contrario, no necesita ningún tipo de educación para convertirse en un guardián completamente fiable.