Gos D’atura

De los cruzamientos entre perros autóctonos con los que venían de fuera, posiblemente con los primeros Canes de Pastor Bergamasco que es una raza muy primitiva, dieron lugar en los distintos países que iban romanizándose a los primeros ejemplares de las razas de pastor que conocemos actualmente. Así tenemos en Gran Bretaña los Bobtails, en Polonia los Nizinni, el Francia los Briard, Picards y Petits Bergers y al llegar a nuestro país los Gos d’Atura Catalá, los Pastores Vascos, etc.

Tanto en esa época como en toda la evolución, hasta llegar casi hasta nuestros días, se seleccionó basándose exclusivamente en el aspecto funcional de los ejemplares. Normalmente, al tratarse de zonas ganaderas con no demasiada comunicación con el exterior, los perros de una misma ubicación y cometido solían cruzarse entre sí, con lo cual de una forma natural iban dominando un determinado tipo de perro.

ESTANDAR

Cabeza: Controlar los cráneos estrechos así como los hocicos excesivamente estrechos y puntiagudos.

Orejas: Deben ser flexibles y triangulares, movibles, evitando las excesivamente anchas y de punta redondeada, tipo Pointer.

Dientes: Totalmente eliminatorio el prognatismo inferior y superior. Se tolera la mordida en pinza, así como un diente superior retirado hacia atrás, la falta de un premolar también está permitida. A partir de dos ya no se concede “excelente”.

Ojos: Evitar los ojos excesivamente claros. Teniendo en cuenta que el ideal es el ámbar con una pequeña tonalidad rojiza.

Pigmentación: Prestar atención a que el borde de los ojos esté pigmentado en negro y a que tanto la trufa como los labios sean también de ese color. Controlarlo especialmente en ejemplares grises o pardos que a menudo tienen baja pigmentación de mucosas.

Cuerpo: Penalizar los troncos excesivamente largos, las espaldas encarpadas y las grupas bajas así como en las hembras las espaldas ensilladas.

Pecho: Debe ser ancho y bien desarrollado, en todo caso proporcionado al cuerpo y talla del ejemplar, penalizar los pechos estrechos.

Angulaciones: Anteriores, bien aplomadas, vigilando especialmente que los pies no se abran hacia fuera. Posteriores, evitar los posteriores estacados y que junten excesivamente los corvejones abriendo pies, tipo corvejón de vaca.

Colas: Evitar las colas enroscadas (tipo afgano), teniendo en cuenta que a veces vienen acompañadas de espaldas encarpadas.

Movimiento: Ya que se trata de un perro funcional, tiene que tener un movimiento muy fluido, evitando el ladeo y la ambladura.

Color: En igualdad de condiciones potenciar los colores intensos. Los muy claros siempre deben ir acompañados de pinceladas carbonadas en cuerpo, orejas y cola. No tenerlos sería penalizable.

Pelo: Debe ser áspero y ligeramente ondulado, con subpelo. Evitar el pelo excesivamente rizado o encrespado. Debe ser peludo, pero sin excesos, no hasta el punto que su excesiva cantidad difumine los rasgos. Es importante la calidad del mismo. Penalizar a los que el pelo les tape los ojos.

Carácter: Puede ser desconfiado, pero no confundir con tímido y desequilibrado. No debe morder.

Espolones: Deben ser dobles y si hay alguno sin osificar es perfectamente válido.

CARÁCTER Y PERSONALIDAD.

Si viajamos hacia atrás en el tiempo, unos treinta o cuarenta años y nos imaginamos nuestra llegada a la masía (casa de campo catalana), el primero en percibirse de nuestra llegada era el Gos d’Atura Català, inmediatamente iniciaba la señal de alarma con su ladrido para avisar a su dueño de la presencia de extraños. Era esta una de las funciones básicas de todos Gos d’Atura en su medio rural antes de la llegada masiva de todas las razas extranjeras destinadas a la guarda de propiedades.

Pero donde este perro demostraba su esencia y toda su capacidad era en el cuidado y control de rebaños y reses de todo tipo. Este perro se utilizaba y se utiliza en el trabajo diario con los rebaños de ovejas, un solo perro es capaz de controlar varios cientos de ellas. También para acompañar caballos y las vacas de unos pastos a otros o llevarlos a beber al río o a un abrevadero. Incluso con los cerdos, las gallinas o las ocas es útil nuestro Gos d’Atura. Pero toda esta visión tan bucólica, aunque no desaparecida del todo, está más acorde con el pasado que con la realidad actual.

En definitiva la inteligencia el carácter equilibrado y la devoción por su dueño no son producto de la casualidad, todo esto unido a su belleza nada sofisticada, pero si muy natural, hacen del Gos d’Atura un gran candidato a ocupar un sitio en nuestros hogares.

Algo a remarcar sobre el carácter del Gos d’Atura Català, es la diferencia notable que existe entre el macho y la hembra. Normalmente en el campo, los pastores confían a un sólo macho adulto el dominio sobre los demás perros de la casa que normalmente son hembras y algún macho joven. Este perro, además de trabajar junto a los otros en el cuidado del rebaño, ahuyenta a los perros extraños que entran en su territorio. No obstante, las hembras admiten la presencia de otras hembras en el grupo y solamente durante el celo y cuando están gestantes algunas compiten con sus compañeros por motivos jerárquicos.

En la vida familiar del Gos d’Atura, estas diferencias también se manifiestan, el problema está en que el perro “humanizado” actúa de la misma forma con las personas de su entorno familiar tal como lo haría con sus congéneres en el trabajo en el campo. Por eso es importante aconsejar a personas que tienen familias numerosas con niños pequeños y sobretodo si es el primer perro que adquieren, que escojan una hembra, pues aceptará la supremacía de todos los miembros de la familia, incluso los más pequeños y obedecerá las órdenes sin mostrar nunca disconformidad.

No obstante, un macho es preferible aconsejarlo a personas solas o parejas sin hijos, o si los tienen, lo suficientemente mayores para infundir un respeto al perro. Para enseñar a un Gos d’Atura quién es el que manda no se trata de utilizar ni la fuerza ni la violencia, sino todo lo contrario. Ya de muy pequeño se le debe exigir un comportamiento adecuado, dejándose cepillar todo el cuerpo sin moverse y sin rechistar. También en el baño actuar de la misma forma, por más que se resista es muy importante que el cachorro no se salga con la suya. Manosearlo cuando come y retirarle la comida justo cuando empieza a comer y regañarlo fuertemente si gruñe, así como cogerle un juguete cuando nosotros queremos, son experiencias que nuestro amigo tiene que pasar.

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